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En 1907 Sigmund Freud, como parte de un cuestionario, hizo una lista de sus diez libros preferidos, uno de estos textos era la novela Max Havelaar, del escritor holandés Multatuli. Una obra prácticamente desconocida hoy, así como su autor.
En 2002 la Sociedad de Escritores de Holanda lo proclamó, a Eduard Douwes Dekker (Multatuli), como el mayor autor de todos los tiempos en Holanda. Hay un premio literario en su honor, hay un museo en Ámsterdam. Fue escritor preferido de autores como Carlos Marx, Anatole France, Hermann Hesse, etc. Se dice que lo adoraban las primeras feministas de Europa.
Me dijeron que José Martí había hablado de Multatuli, pero no encontré nada al respecto. Dicen que cuando este autor holandés estaba escribiendo Max Havelaar o La subasta de café de la Compañía Holandesa terminaba cada noche con los ojos inflamados. Luego el libro pasó de mano en mano entre algunos masones, hasta que se publicó y con él el escándalo.
Eduard Douwes Dekker (Multatuli). Escritor holandés, famoso por su novela Max Havelaar (1860). Fotografía de 1864. (fuente Wikipedia)
Las autoridades holandesas no vieron con buenos ojos esta traición, esta irreverencia de hacer contar una historia profundamente humana y por tanto contraria a los intereses económicos de la metrópoli. Pero el reino de Holanda también tenía enemigos poderosos y Max Havelaar, el libro de Multatuli corrió por toda Europa, fue un éxito rotundo donde quiera que se albergara el espíritu liberal de la época.
Su autor partió de la experiencia y el conocimiento que le dio haber vivido en las colonias holandesas, donde por diecisiete años ocupó cargos administrativos.
Eduard Douwes Dekker (Multatuli) escribió el borrador de Max Havelaar entre el 16 de septiembre y el 13 de octubre de 1859. Luego dedicó otras tres semanas en la versión final, hasta que sus ojos se inflamaron. Envió el fajo de páginas atado con una cuerda a su hermano Jan, Éste, sin leerlo, a su vez envió el libro al presidente de la logia "Concordia Vincit Animos", donde Multatuli había sido aceptado como miembro desde 1854. El libro, de nuevo sin ser leído, fue enviado a otro hermano de la masonería: su amigo y colega, abogado y escritor literario Jacob van Lennep, a finales de noviembre de 1859.
Van Lennep había recibido previamente una obra de Eduard Douwes Dekker, la pieza de teatro De Eerlooze. La opinión del poeta sobre esta obra de teatro había sido muy positiva, pero no se llegó a estrenar. La novela Max Havelaar, en cambio, le causó una gran impresión a Van Lennep. A pesar de la tinta pálida, diluida con agua, leyó el libro en sólo una semana.
El manuscrito de este libro extremadamente crítico sobre la cultura administrativa de las Indias Orientales Holandesas causó una profunda impresión en los principales círculos de los Países Bajos. Intentaron negociar con el autor, y a sus espaldas, la oferta de un cargo administrativo para convencerlo de no publicar la obra. Multatuli dio una negativa rotunda. No iba a volver a las Surinam o a las Antillas Holandesas, y ordenó a Van Lennep que publicara el libro.
Van Lennep le pidió entonces lo que en ese momento se conocía como "carta de abogados", una prueba de que el autor tenía derechos de copia y los cedía por completo al editor. Era una práctica común. Douwes Dekker contestó de inmediato, y de esta manera perdió todos los derechos a su trabajo en un sentido legal.
El derecho de autor en esos días era muy desfavorable para los autores. Los editores sólo estaban preparados para imprimir algo si se les transferían todos los derechos.
Van Lennep, poeta, pero también un hombre de negocios y un rico caballero conservador, se comportó con duplicidad. Digamos que tuvo sentimientos encontrados. Por un lado, reconoció el gran valor literario de la obra y quería que se publicara, pero por otro lado estaba aterrorizado de que el libro pudiera iniciar un levantamiento y dañar los intereses coloniales holandeses.
En mayo de 1860, el libro apareció finalmente en la editorial De Ruyter en Amsterdam, por la cantidad particularmente alta de cuatro florines, lo que causó que la novela pasara desapercibida en las colonias y que sólo estuviera al alcance de las clases acomodadas.
Portada de la novela Max Havelaar.
Jacob Van Lennep también hizo que todos los topónimos holandeses-indios fueran irreconocibles y aplicó numerosas otras intervenciones. Debido a esto, el libro tardó un tiempo en obtener la distribución deseada. Sin embargo, Douwes Dekker se hizo famoso como Multatuli en los meses siguientes a su aparición y se convirtió en "el hombre más comentado en Holanda".
A finales de 1860, unos meses después de la publicación, Multatuli llevó a juicio a Van Lennep, de quien exigía "cuenta y responsabilidad" por el alto precio del libro, ¿pero ¿qué podía hacer un oscuro escritor, rebelde y exiliado en Bruselas contra un experimentado abogado holandés?
La novela fue un escándalo desde el primer día de su publicación y por tanto un éxito. Tal vez el mismo autor pretendió cambiar algo con ella, pero generalmente un libro no basta para eso. Para muchos el texto era sólo una novela -con lo que la etiqueta significaba en esa época- cautivadora e interesante.
Multatuli se cansó de decir que en su texto había sólo hechos reales y constatables, y retó al gobierno holandés que probara la falacia de sus palabras, pero esto nunca sucedió. Los hechos contados no fueron jamás sometidos a una pesquisa oficial. Para un hombre que había vivido la realidad de la colonia durante 17 años, era casi inexplicable la frialdad del gobierno ante sus palabras. NI una mención el en el Parlamento o en el Congreso de Ciencias Sociales que se celebró en 1863 en Ámsterdam. Max Havelaar era sólo una buena novela al estilo de La cabaña del tío Tom, pero un poco más “fuerte”.
Max Havelaar se reveló contra su autor, aunque éste lo supo desde el principio. Hay personajes que en su época eran perfectamente reconocibles entre sus compañeros en Java y Sumatra y, por otra parte, el arquetipo del holandés que vivía en las colonias estaba constantemente señalado con el dedo. Le creó muchos enemigos, por lo menos eso era tener algo.
Fue contemporáneo de José Martí y ya sabemos que el poeta cubano escribió mucho de sobre su época. Pintores, políticos; escritores como Dostoievski y Flaubert, Tolstoi, Oscar Wilde, Rubén Darío, etc. Hasta donde sé fue el único en que escribió una nota mortuoria en Latinoamérica a propósito de la muerte de Carlos Marx. Pero de Multatuli no pude encontrar referencia. De esas pesquisas surgieron las primeras notas para este artículo. En cambio, sus Obras Completas, están bastante surtidas de referencias a Holanda. Aquí algunos ejemplos de estas menciones en su trabajo como periodista.
Multatuli, que en latín significa he sufrido mucho, por otra parte, conforma un paralelo con su obra y vida. Exiliado, con un muestrario de problemas judiciales y políticos. Max Havelaar (1860), su obra cumbre, denuncia los males de la colonia en Indonesia, y es al tiempo una especie de venganza contra aquellos que lo repudiaron. Sus cartas, dicen que son documentos de humanismo y buena literatura.
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