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Ya lo sospechaba Alan Silitoe cuando en 1959 publicó La Soledad del corredor de fondo ¿En qué piensan los que corren? En la obra del escritor inglés su protagonista, Smith, utiliza el tiempo de su carrera para meditar sobre su vida pasada y su situación actual. Es un análisis de conciencia.
Fuera de la literatura, en qué piensan los que corren es una pregunta hecha muchas veces al final de cualquier maratón, pero al método científico se le ha hecho insuficiente confiar en la memoria de los atletas y ahora, planteado desde el punto de vista científico, en una publicación de la Revista Internacional de Psicología del Deporte, Ashley Samson, profesora asistente de la Universidad de California, y sus colegas, han propuesto a un grupo de corredores verbalizar sus pensamientos y dejarlos así grabados para su posterior estudio. El ejercicio de ponerle micrófonos a diez maratonistas dio como resultado tres pensamientos recurrentes, o al menos tres categorías de pensamientos con frases cortas e ideas fragmentadas alrededor de: Paz y distancia (40 %), Dolor y malestar (32 %), medio ambiente (28 %).
Ashley Samson, especialista en temas relacionados con la actividad física, asesora en problemas de ansiedad, cohesión de equipo, confianza, etc.
El experimento involucró a diez corredores de fondo amateurs, cuatro mujeres y seis hombres, con un rango de edades entre 29 y 52 años y una experiencia deportiva de tres a treinta años, con hábitos de correr al menos tres veces por semana. Todos ellos se entrenaban para la carrera de media maratón o para mayores distancias. Con esto se obtuvieron dieciocho horas de grabación.
La soledad del corredor de fondo de Alan Sillitoe
Aunque el método científico parezca también impreciso y la cantidad de pruebas, aún demasiado bajas, al parecer los atletas de maratón no utilizan el tiempo para meditar sobre grandes dilemas de su vida cotidiana ni cuestiones filosóficas de carácter global. Están demasiado concentrados en la carrera y sus pensamientos se desarrollan en aspectos propios de la circunstancia vivida en ese momento. Un tanto alejado de la idea de Alan Sillitoe, quizá menos literario, pero real.
Al parecer le importa a los psicólogos y a los escritores, y a muchos otros, porque sin dudas la maratón es uno de los deportes más populares del mundo y entre los que más se practican de una manera extra olímpica. Y usted, mientras lee este artículo, tal vez se pregunte por fin ¿En qué piensan los que corren? No hay deporte en que el pensamiento tenga la oportunidad de ser tan libre como en la carrera de maratón. Pocas veces tiene el ser humano la posibilidad de verse bajo tantas presiones psíquicas y físicas como durante el desarrollo de esa actividad deportiva. Describirlo ya lo han intentado muchos, aun Haruki Murakami en ¿De qué hablo cuando hablo de correr?, un libro inspirado el título en otro de Raymond Carver sobre sus memorias y motivaciones para las carreras de fondo, en las que ha participado a partir de 1980.
El método científico se ha quedado corto por ahora; sin embargo, donde él ha fallado, Alan Sillitoe demostró que había material para hacer una singular historia. La soledad del corredor de fondo, que al principio sólo fue un poema garabateado en una hoja, es la historia más famosa y mejor lograda sobre el tema de las carreras de fondo y la sociedad, sí, este relato escrito en 1959, en Alicante, se ha llegado a conocer como una de las mayores críticas sociales hechas a la Inglaterra de su época.
Su protagonista, un chico de diecisiete años de edad, conocido sólo como Smith, ha ido a parar a un reformatorio. Empieza a correr todas las mañanas, a correr y a pensar en sí mismo, en su mundo, la amistad, la muerte del padre, el dinero, las causas que lo llevaron a ir a parar al reformatorio. Claro que también piensa a veces en un modo más cercano al estudio que mencionamos arriba: hace alusiones a su estado de ánimo, al paisaje, etc.
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