Cabaret, una novela de Cienfuegos

Alejandro Cernuda


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Sinopsis de una novela jamás escrita

Tres o cuatro años atrás el sistema judicial en Cienfuegos se enfrentó a un caso sin precedentes a causa del “nuevo modelo de Economía cubano”. Dos instituciones privadas de nuevo tipo se enfrentaron en un conflicto de intereses. La cosa fue así, más o menos. El restaurante Aché, con mucho el más famoso de la ciudad en aquel momento, levantó un litigio contra otro surgido justo frente a su puerta.

El nuevo restaurante, del cual no recuerdo el nombre, se aprovechaba del prestigio de Aché y se dedicaba a expoliarle los clientes justo en la acera. Los turistas que buscaban el conocido restaurante se encontraban con cazadores que los conminaban a entrar en el nuevo local surgido al otro lado de la acera. La cosa funcionó más o menos bajo las leyes del juego limpio, hasta que el dueño del restaurante nuevo comenzó a usar la técnica canina y ató un perro fiero justo en la puerta de Aché.

Éste fue el mejor incentivo que encontró él para convencer a los clientes de que la calidad estaba al otro lado de la acera. El juicio fue más complicado y surgieron acusaciones paralelas de extorsión y amenazas de muerte, etc. Era una prueba, de otro modo de vida pujante que había comenzado sin que el lento cambio institucional cubano, y en Cienfuegos, pudiera responder adecuadamente.

La novela Cabaret, aunque no tienen nada que ver con este hecho curioso, ocurre en el mismo contexto, en la ciudad de Cienfuegos. Narra el enfrentamiento entre una institución estatal y una privada en el marco de una economía decadente. Es la guerra entre quienes tienen el apoyo de la ley y los que ostentan el sello de una nueva vida. 

La novela tiene una base real en hechos acontecidos en Cienfuegos y que ya pocos recuerdan. El cabaret Costa Sur, el más famoso de la ciudad, languideció en los años de Periodo Especial. Pocos saben, sin embargo, que antes había dejado de ser el hidropuerto desde donde quienes podían hacerlo volaban a La Habana o a Miami, a apenas un salto desde esa punta del malecón –están lejos ya los tiempos en que magnates de esta ciudad iban a almorzar a La Florida y regresaban a tiempo para ver la caída del sol desde sus balcones al mar en Punta Gorda-

Ya de cabaret este pequeño espacio se había llenado de mulatas y travestis en un show más o menos respetable y limpio gracias a la austeridad del gobierno revolucionario. Entonces llegó la crisis y como se advierte, la buena historia. Justo al otro lado de la malla que aún separa el jardín de la tierra de nadie adjunta, surgió uno de los negocios ilegales más florecientes de Cienfuegos.

Vista aérea de Cienfuegos. La Perla del sur.

Vista de la ciudad de Cienfuegos. Cuba.

Emprendedores y malabaristas de la ley crearon un cabaret alternativo e ilegal desde donde se podía contemplar el show que ocurría adentro y adquirir suculentos platos y bebidas vetadas por la crisis y la ley. La vida bohemia, el tráfico, la prostitución, los nuevos protagonistas surgieron al otro lado de la cerca; tal vez eran el símbolo de una vida nueva ante el decadente sistema totalitario y estatal o tal vez eran solo sombras malversadoras.

La administración del cabaret ortodoxo se enfrentó al pujante auge de la institución ilegal. Una guerra a muerte. Es entonces cuando Juan Mairena, funcionario estatal, pone un pie en el Costa Sur y otro del lado contrario de la malla y se convierte en vapuleado héroe y corneado magnate de la historia. 

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