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Bear (1993) fue el primer trabajo importante de Steve MacQueen. Una obrilla de 10 minutos y 35 segundos, donde dos hombres permanecen uno frente al otro, desnudos, en una especie de combate o flirteo de miradas y gestos. Una danza silente para comenzar la exitosa carrera como director cinematográfico.
Tiempo después McQueen confesó que era lo que podía hacer sin recursos y con una sola cámara. Pero ese trabajo, expuesto en la Tate Gallery Foundation de Londres, en 1994 fue un primer paso decisivo para lo que vino después. Ese mismo año Bear ganó el premio Turner, que es concedido a la mejor obra visual compuesta por un artista nacido o residente en Gran Bretaña. Es el mayor honor que se confiere en el país a un artista y ciertamente un espaldarazo.
Steve MacQueen
Hoy películas como Shame o Hunger han puesto a la expectativa su trabajo. Doce años de esclavitud, su tercer filme, sirvió por fin para conformar la biografía artística de este director inglés.
No son pocas las críticas halagüeñas que ha recibido Doce años de esclavitud desde que se puso en pantalla. Basada en el relato autobiográfico de Salomon Norhup, un hombre libre que luego de un secuestro, fue vendido como esclavo. Tampoco han pasado inadvertidas las otras películas, ni más recientemente Viudas, aunque ya el tipo de cine que hace el director se parece en argumentos y forma a lo que exige Hollywood y el público.
El mismo director ha catalogado sus tres primeros largometrajes como una trilogía del cuerpo humano. No hay dudas de que Bear es un punto más en este tema de su creatividad. Tampoco se cansa el mundo de sentir la influencia de Warhol, también Steve MacQueen ha reconocido su influencia. Es como si todo buen cine tuviera su comienzo en experimentaciones de este tipo; Andy Warhol es la puerta a un mundo de imaginación que se expande desde el minimalismo. Una circunstancia sencilla pero amenazante, dos hombres desnudos, uno de ellos el propio Steve MacQueen.
No eran dos negros, solo dos hombres, según el director- Los personajes de miran hasta disolver cualquier frontera que tengamos entre la ternura y la agresión ¿acaso no son lo mismo?
Todo el amenazante lenguaje, ancestral, escondido en las miradas. Bear es una danza, una historia si se quiere, sobre el homoerotismo, la violencia, el racismo, y todo aquello que humanamente usted pueda encontrar en sus diez minutos y treinta y cinco segundos. Es un argumento silente, contado entre los intimidantes y a veces cándidos rasgos faciales de sus dos personajes.
Aunque Steve MacQueen ha dicho que el racismo no es un tema prioritario de su obra, es muy probable que luego de Doce años de esclavitud la opinión sobre su propio trabajo quede antepuesta por el sentir del público.
Este compendio de textos irreverentes está escrito para lectores de poco prejuicio u aquellos que se encuentren en tal camino. ¿Juzgará usted al autor o a sí mismo luego de leerlo? La erótica es sujet... Más info