Chicago May, la reina de los ladrones

Alejandro Cernuda


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Mary Anne Duignan, más conocida como Chicago May, se autoproclamó a sí misma la reina de los ladrones. Es un título que bien se trabajó, como podemos ver en su biografía; sin embargo, hay en ella detalles para pensar que bien pudo agenciarse otros lauros del camino del mal. 

La mujer más peligrosa del mundo 

Algún periodista de su época la calificó como la mujer más peligrosa del mundo, Mary Anne Duigman nació el 26 de diciembre de 1871 en Edenmore, Irlanda. No hizo nada fuera de lo común, o por lo menos no hay noticia de ello, hasta que a los diecinueve años les robó a sus padres los ahorros de toda la vida. Las razones están bien expuestas.

Mary Anne Duignam había ayudado a criar a tres hermanos. Era una chica pelirroja y de ojos azules, bien formada y creía firmemente que esa vida no era para ella. Así que cuando su madre quedó embarazada por quinta vez comprendió que lo de hermana mayor iba en serio y se creyó la joven más infeliz del mundo. Dicen que se largó con unos cinco mil dólares –al cambio de hoy- el mismo día que su madre dio a luz. La familia vivía en una granja de 140 acres y una casa de dos plantas, a la chica la llamaban cariñosamente “May”.  

Tras un breve tiempo trabajando como lavadora de platos y Dios es testigo de que se esforzó, al menos un tiempo, por llevar una vida decente, hasta comprender que no es razón suficiente estar donde está el dinero. Su vida fue tan penosa que decidió irse a Nebraska, a vivir con un tío. La ciudad de provincias no tenía el glamour de Nueva York pero allí conoció a Dan Churchill y se enamoró de él. Dan la introdujo en el fascinante mundo de robar bancos y asaltar cualquier cosa. En eso estaban. Ella se fue a Chicago a esperarlo mientras el amor de su vida iba a asaltar un tren. Pero Mary Anne esperó en vano. Dan fue linchado en esta operación. 

Chicago May regresó a Nueva York, con el sueño de triunfar de una vez y por todas. Visto estaba que la vida no pretendía tratarla con suavidad. Consiguió un empleo como bailarina en un éxito de la comedia musical que por aquellos tiempos hacía furor en la Gran Manzana: “The belle of New York” –hubo una versión de esta comedia en la película del mismo nombre, protagonizada por Fred Astaire-.

Mientras Mary Anne Duigman, nuestra Chicago May, se encontraba en estos quehaceres artísticos, dicen que fue inducida a la prostitución por miembros del coro. Ejerció el oficio más antiguo a la vez que profundizaba en técnicas para robarles el dinero a sus clientes y el chantaje. Hay que decir, además, que por esa época aumentó el número de prostitutas en Nueva York y el negocio dejó de ser fructífero.

Un día la pillaron mientras trataba de sustraer la cartera de un ministro de la iglesia y fue enviada a prisión. Luego de esto contrajo matrimonio con el oficial James Mongomery Sharpe, se mudaron a Belleview en New Jersey, pero la relación duró sólo tres meses. Cuenta Chicago May que lo abandonó porque James estaba obsesionado con asesinar a su hermano. La chica, ni corta ni perezosa se fue con diez mil dólares. Volvió a la prostitución, el robo y el chantaje hasta que en 1900, acosada por la policía, abandonó Nueva York con destino a Londres, ciudad que se convirtió en la base de sus actividades en Europa. 

Chicago May vuelve a Londres 

En Londres conoció a Eddie Guerin, un conocido ladrón de marca mayor y envuelto en operaciones internacionales. Robo de joyas, trenes, etc. Varios hombres de negocios fueron víctimas de la singular pareja. El 27 de abril de 1901, a punta de revolver y dinamita asaltaron las oficinas de American Express en París y sustrajeron unos 300 000 dólares.

Eddie fue capturado unos días después, ella, unque logró llegar a Londres sin contratiempos, fue arrestada unas semanas más tarde cuando inexplicablemente volvió a Francia para visitar a Guerin en la cárcel. Le recetaron cinco años, de los cuales cumplió sólo la mitad, en la cárcel de mujeres de Montpelier. ¿Cómo la mitad? se preguntará el avezado lector. Pues Chicago May sedujo al doctor de la prisión, lo chantajeó luego y logró un certificado para la rebaja de la condena.

Si bien Eddie Guerin no tenía sus dotes para la seducción, tampoco se puede decir que carecía de métodos. El famoso ladrón escapó de la cárcel y ambos se reunieron en Londres. Y bueno, tuvieron una pequeña discusión a causa del dinero, supongo, y Chicago May fue a la poli y lo delató. Un año más tarde Eddie Guerin fue puesto en libertad. Sólo que ya para esa época Mary Anne Duignan tenía otro novio, Charlie Smith, quien era de armas tomar y le disparó seis veces a Eddie.

Aunque sólo logró herirlo en el pie fue motivo suficiente para que la policía entrara de nuevo en acción. Se representó entonces un juicio espectacular, según dicen, porque salió a relucir en los periódicos todo un submundo desconocido para la gente decente de Londres. Mary Anne Duignan fue condenada a diez años por intento de asesinato. 

Eddie Guerin, el lobo de Europa. Primera fuga de la Isla del Diablo 

Su carrera incluye un abanico que va desde ser carterista hasta ladrón de bancos, pasando por confidente de la policía. Ético o no, es necesario contar la aventura de la fuga que Eddie Guerin protagonizó junto a otros compañeros.

Es éste el episodio más espectacular de su vida. Antes y en general podemos decir que la prensa lo catalogó como un ladrón sin éxito pero astuto y ese apelativo de El lobo de Europa sólo salió a la luz tras la espectacular fuga. Comenzó sus actividades ilícitas en Chicago, donde se dice que era la oveja negra de una respetable familia, aunque él alega haber nacido en un barco inglés y por tanto ser ciudadano británico. Luego de Chicago pasó a Canadá y con un historial nada modesto llegó por fin a Londres 

Luego de asaltar las oficinas de American Express en París, Eddie toma el tren a Londres, pero es reconocido y arrestado en Calais. Fue condenado a trabajos forzados de perpetuidad y deportado a la Isla del Diablo. Luego de cinco años los problemas de salud fingidos le permiten ser enviado a la Guayana Francesa, en tierra firme; lo que no fue más que el primer paso de una larga fuga.

Allí, junto con otros tres compañeros, fabrica una balsa y se echa al mar con el objetivo de atravesar los doscientos kilómetros que los separaban de la Guayana Holandesa. Pasaron noches y días defendiéndose a golpe y porrazo de los tiburones. Uno de sus compañeros no tuvo suerte y fue engullido al caer al agua.

Lograron llegar tras varias semanas a su destino. Allí no se pusieron de acuerdo. Eddie Guerin toma ruta hacia el norte y los otros dos compañeros se internan en la selva, donde son devorados por los lobos. Eddie es capturado por los indios, pero se las arregló para tomar un vapor a Nueva York, donde pretendía continuar sus operaciones.

Fuga de la isla del diablo.

Dibujo publicado en el Journal de París, donde se ilustra la fuga de la Isla del Diablo protagonizada por Eddie Guerin y sus compañeros


La Isla del Diablo

Es un pequeño promontorio rocoso a once kilómetros de la costa de la Guyana Francesa. En 1851 Napoleón III eligió este lugar inhóspito para convertirlo en almacén de peligrosos delincuentes. Su cárcel albergó a personas como Alfred Dreyfus, famoso protagonista de El caso Dreyfus, una de las obras más famosas de Emile Zola. Enviado a la Isla en 1895, cuando ésta no era más que un leprosorio.

Estuvo también en La Isla del Diablo Henri Charrière, en 1931, pues la cárcel se había reabierto en tiempos de la Primera Guerra Mundial. Henri Charrière fue el autor de sus memorias en el libro Papillon, una de las obras más espectaculares sobre fuga y vida en prisión que se han escrito hasta nuestros tiempos. La cárcel de La Isla del Diablo albergó también a Charles Delescluze, miembro de la Comuna de París. Desde 1906 a 1925 estuvo preso Marius Jacob, un famoso anarquista francés, quien se sospecha, sirvió de modelo para el personaje de Arsenio Lupin, obra de Maurice Leblanc.

Hasta 1866 se habían enviado unos 80 000 presos, pero después de ese año quedó uno solo, Tibaldi, condenado por atentar contra el emperador.

En nuestros días la Isla del Diablo comparte las visitas de turistas con las instalaciones del Centro Espacial de Guyana.

El hecho de haberse fugado de la famosa prisión, sin embargo, hizo notoria la presencia de Eddie Guerin en los Estados Unidos y, temiendo la extradición a Francia, optó por regresar a Londres. En efecto, los tribunales ingleses fallaron contra la extradición luego de conocer su aventura. 

Más tarde Eddie Guerin publicó sus memorias. “Yo fui un bandido” poco después de esto fue detenido por vagancia e intenciones criminales en una oficina de correos. Los magistrados lo condenaron a abandonar Londres por tres años y por eso viajó al oeste del país. Nunca más regresó a la ciudad. Murió a los ochenta, pobre, en un hospital de Lancashire, Inglaterra. Fue entonces que se cerró su expediente. A partir de ese momento la policía de dos continentes iba a estar más tranquila. 

Último capítulo de la vida de Marhy Anne Duignan 

Cumplió condena y al poco tiempo fue expatriada a los Estados Unidos, pues gracias a su primer matrimonio consiguió la ciudadanía de este país. De nuevo en Nueva York se dedicó a la prostitución, pero ya sus cualidades físicas eran las mismas.

Se hundió cada vez más en el alcohol y en problemas de competencia y con la policía. Veintidós años después de haberlo perdido de vista apareció de nuevo en su vida el pistolero Charlie Smith y se volvieron a maridar. Chicago May –justo como lo hizo Eddie Guerin y otros ladrones famosos- escribió su biografía, ayudada por un periodista, con el objetivo de sacar algún dinero de su inescrupulosa y activa vida. Pero esta tampoco le salió bien. Murió mientras convalecía de una operación abdominal, apenas un año después de poner punto final a su historia. 

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