Henry Williamson y Tarka. El hombre y la nutria

Alejandro Cernuda



Tarka la nutria (Tarka the Otter) fue una historia concebida por Henry Williamson unos siete años después de tomar la decisión de convertirse en escritor, sin dejar de ser lo que antes: campesino, naturalista y soldado. Fue por el año 1927 cuando este texto sobre la vida de una nutria y los peligros del ambiente salvaje vio la luz para luego ganar el Hawthornden Prize. (premio anual concedido desde 1919 y hasta hoy a los mejores libros publicados en Inglaterra)

Pese a lo difícil de hallar este relato en otras traducciones, desde su nacimiento ha sido prácticamente continua su reimpresión en los países de habla inglesa. Y para el autor representó no sólo un éxito y la amistad de personas importantes, sino una salvaguarda para cuando sus posteriores opiniones políticas lo hicieron merecedor de la duda y la urgencia. El libro divide la vida de Tarka en dos partes: la infancia, el aprendizaje a nadar y cazar, la muerte de su hermano en una trampa y la separación del resto de su familia; y en una segunda parte donde se cuenta la etapa adulta de Tarka, su amistad con otras nutrias, la interacción con los demás animales del bosque y ese duelo que recorre el libro entre Tarka y Deadlock, el perro cazador más astuto y sanguinario de la comarca.

Williamson fue un escritor prolífico. En el periodo que va desde 1951 hasta 1969, escribió los quince tomos de novelas conocidos en general como A Chronicle of Ancient Sunlight Murió atacado por la demencia senil el mismo día en que se filmaba para la película, la muerte de Tarka, la nutria. Exactamente el 13 de agosto de 1977. Su hijo Harry Williamson escribió la música para la película, y aunque luego no se utilizó en ella, es hoy uno de los motivos acústicos utilizados en relación con Tarka y toda la vida salvaje.

Henry Williamson, autor de Tarka la nutria.

Henry Williamson

El libro termina con las nueve horas de cacerías y el enfrentamiento final de estos dos contendientes. Henry Williamson tuvo el tacto de mantener la neutralidad y no convertir su libro en una protesta hacia este acto violento de los hombres contra la naturaleza. Así es la literatura, llena de potestades para el lector a las que no puede asomarse quien escribe. Las descripciones, sin embargo, son crueles y el lector juzgará por sí mismo hasta qué punto se aviene a la supervivencia de Tarka o al gozo de los hombres. Si de algo sirvió, a favor de las nutrias, es que, a partir del libro, o más bien de la película homónima (1978) muchos ingleses comenzaron a notar las diferencias que tenía ese animal respecto a las ratas. 

Trailer de la película Tarka la nutria.

Henry Williamson, quien había vivido y participado en la crueldad de la Primera Guerra Mundial, fue admirador de Hitler en sus comienzos -ese fenómeno permanente de la falta de visión política de los artistas-. Según él bastaba ver la diferencia entre las juventudes hitlerianas y el montón de jóvenes que se reunía en los tugurios londinenses para entender que Hitler estaba haciendo lo correcto. En 1937 el escritor se unió a la Unión Británica de Fascistas; lo que le costó un fin de semana en la cárcel.

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