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El argumento gira alrededor de la fiesta de primavera spring breakers. Cuatro chicas deciden pasarla bien a cualquier precio y Harmony Korine (el director) se las arregla para complacerlas. O no es así, mejor decir que el director asume que para todo el mundo, incluyendo el espectador, lo más importante del mundo es la fiesta, cualquier cosa que no esté relacionado con sexo, drogas, música, alcohol, el placer que puede dar tener un arma en la mano y demás efluvios, carece de importancia en el universo de Spring Breakers y de Harmony Korine, 2012.
Spring Break o fiesta de primavera, es el nombre que recibe la serie de alocadas reuniones universitarias que ocurren en distintas playas de Estados Unidos, Canadá, México, etc, entre los meses de marzo, abril y mayo. Spring Break es uno de los momentos más importantes en la vida y el pensamiento de muchos jóvenes de Estados Unidos, una especie de orgía de ver al lado de la playa y el terror de los vecinos del lugar.
Carter promocional del filme Spring Breakers
En esta fiesta de primavera se inspiró Harmony Korine para poner en la pantalla, a mi entender, uno de los filmes más importantes de aquel año. Es una película sin relación aparente con el cine norteamericano a que estamos acostumbrados, ese que cuenta una historia de pies a cabeza, se amarra al protagonismo, a los valores del bueno y el malo y tiene un montaje amable con el público. Spring Breakers es todo lo contrario.
No hay protagonismo y de las cuatro chicas, salvo detalles en el papel de Faith, interpretado por Selena Gómez, nadie podría diferenciar en mucho la sicología de ellas. En cuanto a Alien (James Franco: La Entrevista 2014) el personaje masculino, va y viene de la nada de una manera tan brusca que no da tiempo ni a extrañarlo.
Los diálogos cortados, enfáticos, las escenas de la fiesta, las insinuaciones sexuales, la escena magistral del primer atraco, todo entra sin avisar y sin la menor amabilidad con el público. Ver la película es como estar montado en una pesadilla.
Decíamos, entonces, cuatro chicas aburridas en un lugar, para mí indeterminado de los Estados Unidos, presas de la rutina de sus clases y congregaciones deciden (en realidad tres de ellas) asaltar un restaurant y de esa manera tener dinero para irse a la fiesta. Sencillo. Es un trampolín que a duras penas pasa nuestra barrera de verosimilitud, pero a Harmony Korine no le importa, tiene apuro en acercar a la playa a sus ángeles y quitarle tanta ropa como lo permite la censura y mantenerlas así por el resto de la película.
Selena Gómez, Vanessa Hudgens, Ashley Benson, Rachel Korine (esposa del director) y Gucci Mane entran en un papel que como ya dijimos, sólo tiene pequeñas variaciones, o tal vez, en el caso de las dos primeras, una variación importante si se tiene en cuenta su hasta ese momento clasificación de chicas Disney y ahora en mayoría de edad para un grupo de escenas que escandalizará a sus fans, si no asumimos que ellos han crecido también.
La fiesta comienza para las cuatro chicas y Korine narra este despilfarro en una sucesión de escenas que tienen mucho de video musical. La playa como escenario orgiástico y las noches de centros nocturnos y la calle en scooters alquilados, hasta que se acaba el dinero y las chicas deciden atracar un restaurante de comida rápida.
Atracar por segunda vez porque lo importante es eternizar la fiesta. Que las cosas salgan mal y aparezca la policía. este punto dramático, es el pretexto para que entre Alien (James Franco), un chulo, rapero, coleccionista de armas y perpetrador de cualquier ilegalidad que permita, por supuesto, eternizar la fiesta.
Pese a todo esto Alien parece tener también un corazón de oro, si mal no recuerdo algo así dice él mismo. El encuentro entre las chicas y Alien da un vuelco a la película, las chicas que atracan para bailar se convierten en alucinadas o asustadizas, le ceden el control a este rapero y el cine se llena de insinuaciones y otras acciones. Y ya no cuento más.
Harmony Korine nunca ha sido un autor convencional y es muy probable que jamás lo logre hacer con la misma suavidad que un Lars Von Trier pasa del Dogma a Hollywood, para esos saltos hay que tener arte también. Al cine entró con el guion de Kids, la controvertida película de Larry Clark en la que también Harmony Korine estaba casado con una de las actrices: Chloë Sevigny.
A esta película le siguieron, ya como director, Gummo, 1997; Julien Donkey-Boy, 1999; Mr. Lonely, 2007; Trash Hunpers, 2009 y luego Spring Breakers, filmada en 2012 y estrenada al año siguiente. No volvió a escribir y dirigir una película hasta 2019: The Beach Boom. Otra cerca de la playa, lo que parece inspirar bastante a este director de cine californiano.
La polémica lo ha perseguido desde aquel guion de Kids, así como es sus películas, o en Ken Park, dirigida por Larry Clark y escrita por él.
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